27 de abril de 2011

La cosa del protocolo



En los actos oficiales siempre hay que tener en cuenta el protocolo; cada institución que se precie suele tener un jefe de protocolo que imagino perderá algún que otro kilo los días en los que hay movida importante. Yo conozco a unos cuantos de éstos y suelen ser gente paciente, segura de sí misma y con tragaderas amplias, esto último porque es la única forma de sobrevivir ante un personal más bien caprichoso, frecuentemente encantado de conocerse y que lleva bastante mal las frustraciones.

En ocasiones se hacen chistes sobre los codazos y empujones que se pueden producir en las presidencias de los actos públicos; puedo asegurar que son situaciones reales, que yo he visto a hombres y mujeres hechos y derechos sudar la gota gorda para tener su sitio en la gloria, a personajes públicos que deberían estar por encima de vanidades no dar su brazo a torcer para estar en primera fila, actos oficiales que se retrasan más de media hora porque dos "próceres" se pelean para presidir el acto, a un mando intermedio quejarse por estar en tercera fila en la Misa patronal, ... ¡Que bien le viene al caso la parábola evangélica del invitado de última hora!.

Muchas veces es un problema de vanidad, los hombres somos así; a mí me viene bien pensar en las situaciones ridículas vividas y en lo efímero del poder y la gloria humana para bajarme de la nube en las ocasiones, que he de confesar las ha habido, en las que me he sentido olvidado o situado por debajo de lo que pensaba me correspondía, y es que si te callas y prescindes de boatos te lo acabas pasando bien y no quedan absurdas heridas interiores, mientras que si le das al "bolo" y al prójimo la lata sobre tus derechos vas por la vida agobiado y acabas avergonzado de tu propia fatuidad.


17 comentarios:

que dificil la vida sin ti dijo...

¡Muy buen post Modestino!, con un "algo" distinto que hoy le da saborcillo...
Me duele que alguna vez te hayas sentido relegado...¡cachís, si llego a estar yo allí!
Esto del protocolo se ha llevado hasta extremos ridículos, hasta un concejal de Villaburros quiere figurar y es que ya lo dijo Felipe para la posteridad ¡el que se mueve no sale en la foto!
Con toda cordialidad
Asun

Modestino dijo...

Lo de la foto, ¿no lo dijo Alfonso Guerra?. Creo que ese sentirse relegado es frecuentemente subjetivo: sí lo asumes te viene bien y te quedas tan ancho, sí te quejas acabas sintiendote mal y posiblemente haciendo el ridículo.

sunsi dijo...

Asun-tocaya se ha adelantado;-) con el comentario de Felipe, Modestino. Me ha venido enseguida a la memoria.

Creo que es mucho más rentable -se vive con mucho más sosiego- no colocarse nunca en "primera fila". Si toca, ya hay alguien honesto que se encarga de decirte: "este es tu lugar".

Conozco a un jurisconsulto que tras la pregunta "¿En qué trabajas?", responde: "en la administración de justicia"... Tal vez esta actitud opuesta tampoco sea la correcta. Pero me da que se tiene que arrepentir de pocas pifias mundanas.
Porque la otra cara es el tema de las falsas humildades. Mucho más sibilinas...me parece.

Gracias por el tema y un saludo, Jurisconsulto.

que dificil la vida sin ti dijo...

¡Modestino, tú siempre sacándo el lado positivo, es para aprender de tí!
Y sí oye, creo que tienes razón...lo de la foto lo he mirado en Internet y confirma tu rectificación:
"Era el numero dos del PSOE (Partido Socialista Obrero Español), se llama Alfonso Guerra. Y la dijo, siendo vicepresidente de gobierno.

La dijo,tras la formación del primer gobierno socialista. Al hacerse la primera fotografía, en un tono distendido, y se tomaron las palabras, como quien tomara iniciativas contrarias al gobierno, no formaría parte de él.

La idea era forma una piña, y tratar de arreglar los problemas que en aquel momento tenía España. Fué en octubre de 1982."
Pido perdón y te agradezco la aclaración.
Un abrazo

paterfamilias dijo...

Cierto, muy cierto lo que comentas.

Yo no he tenido ocasión de asistir a muchas situaciones como las que describes, pero en las pocas que he estado es tal y como lo describes. A mi siempre me ha dado vergüenza ajena el contemplar ese espectáculo.

Modestino dijo...

Más que ver el lado positivo, he visto ha más de uno hacer el ridículo y es bueno escarmentar en cabeza ajena, además que los años te ayudan a dar menos importancia a estás vanidades.
En cuanto a las falsas humildades, Sunsi, hay que hurgar en el corazón de cada uno y vete a saber ...

sunsi dijo...

Zaca, Modestino. Gracias. He emitido un juicio que no debía...

Modestino dijo...

No creo que hayas emitido juicio alguno, sólo dejaba caer que lo de las falsas humildades puede dar mucho juego... que haberlas, haylas.

tomae dijo...

Esta entrada amigo, me ha hecho pensar en tu gran afición... en las fotos tan protocolarias de los partidos, donde salen jueces y capitanes; curiosamente siempre posan los cinco, y nunca se publican.

Esta noche para cenar te recomiendo menú protocolario: bocata de pa amb tomàquet y calamares.

Saludos!

Modestino dijo...

El del fútbol no deja de ser un protocolo peculiar, en pantalón corto, con sorteos y en medio de un público interiorizado.

Modestino dijo...

Quise decir enfervorizado ...

Mariapi dijo...

Eso de que en todas partes cuecen habas es una constatación de la realidad...no sólo políticos y autoridades...en lo académico hay zarpazos, pisotones y lo que se tercie por auténticas chorradicas...

Modestino dijo...

El mundo de la Universidad seguro que también da para mucho: endogamia, zancadillas, trepas, ... pero Lo desconozco bastante.

veronicia dijo...

Yo me siento muy herida en mi orgullo desde que la familia real no me invitó a las bodas de sus hijos... desde entonces no les dirijo la palabra :)))

Modestino dijo...

Justo todo Lo contrario que Hannover ...;)

ana dijo...

La similitud entre lo que creemos que somos, lo que dicen los demás que somos y lo que verdaderamente somos siempre es un conflicto. Difícil labor tiene el protocolo para colocar a cada cual en su lugar. Y si encima a la confusión se le añades una personalidad egocéntrica, vanidosa y prepotente... la cosa puede terminar siendo una paradoja, o incluso un chiste. Nunca se sabe.

Saludos Modestino.

Saludos Modestino.

Modestino dijo...

Nos creemos la curaba y somos completamente insignificantes.