12 de noviembre de 2010

Punto y aparte, punto y seguido














"El imperio"
Ryszard Kapuscinski
Anagrama. Barcelona (2007)
356 páginas



Terminé por fin la lectura de este formidable libro de Kapuscinski, el recordado escritor y periodista polaco que, en opinión de muchos, llegó al máximo con la publicación de esta obra inolvidable. La lectura de la misma ya ha dado lugar a entradas recientes en esta misma sede, y tras concluirla no queda sino confirmar que se trata de una libro digno de ser leído, de hacerlo despacio y con tranquilidad, de pensar en lo que dice y, si se tercia, de releerlo las veces que haga falta ... y pienso que no exagero.

Ryszard Kapuscinski nos describe el escenario de la geografía rusa desde la perspectiva de lo que fue la Unión Soviética; el libro se divide en tres partes, una inicial en la que refleja viejos recuerdos de infancia y juventud -"Primeros recuerdos"-, una central con la narración de sus viajes en torno a 1989, 1990 y 1991 -A vista de pájaro"-, en plena época de la Perestroika y posterior derrumbre del bolchevismo y una final con diversas consideraciones al hilo de esta última -"Suma y sigue"-, aunque no sería justo ignorar que es segunda parte es el núcleo fundamental de la obra, pues abarca más de dos tercios de la misma.

Tras leer "El imperio" uno ha digerido tantas cosas, que parece imposible resumir todo aquello que le ha impresionado, pues verdaderamente no hay partes desechables, páginas de relleno; desde el magistral relato de su viaje en el transiberiano, del que ya hablé, hasta su narración inolvidable de la vida en Ucrania, una auténtica lección de geografía e historia, con un estremecedor relato acerca de la hambruna que diezmó de modo tremendo la población ucraniana en los años veinte y treinta del siglo pasado. También son tremendas las explicaciones en torno al campo de trabajo de Kolyma, en Siberia, la destrucción del templo de Jesús Salvador en Moscú, una maravilla del arte construida a lo largo de cuarenta años y echada a perder para intentar convertirla en una especie de palacio del pueblo en poco tiempo.

El autor viaja por las distintas repúblicas que componían la extinta URSS: Bielorrusia, Kazajstán, Georgia, Turquestán, Azerbaiyan, ... destacando desde mi punto de vista las explicaciones sobre Armenia, con una visión magnífica de la dramática historia del pueblo armenio y una descripción interesantísima de su peculiar idiosincrasia. También nos describe su visita al Kremlin, algo que realiza con una mezcla de humor y suspense muy sugerente, así como una visión global de las dos ciudades más significativas de Rusia, Moscú y San Petesburgo.

"El imperio" es un libro de viajes, con las consecuentes descripciones geográficas, realizadas con minuciosidad y hasta cierto apasionamiento, porque estamos hablando de tierras especiales, distintas, grandiosas y, frecuentemente, duras y áridas. Pero también es un libro que nos acerca a la historia de esos territorios, algo que Kapuscinski domina, ofreciendo datos y contando sucesos. Y también es un libro de personajes, porque el autor no se limita a una mirada panorámica, sino que baja a trabajar sobre el terreno y nos habla de las gentes de allí, frecuentemente con nombres y apellidos, unos hombres y mujeres que habitualmente llevan una vida caracterizada por el drama, la miseria y la heroicidad.

El libro, además, está bien escrito; Ryszard Kapuscinski es ágil, ameno y sabe contar las cosas; de este autor ya había leído "Ëbano", una estupenda narración de un viaje por distintos países del África central que me encantó, éste todavía me ha gustado más, por eso he dicho que es "punto y aparte", pero a la vista del enorme acierto de Kapuscinski, tengo bien claro que también es "punto y seguido".


5 comentarios:

ana dijo...

La narración del mundo de este periodista polaco no tiene desperdicio. Impecable.

Gracias por traerlo a tu blog tan bien descrito.

:)))))))))))))))

Modestino dijo...

A Kapucinski lo leí por vez primera en el verano de 2007, mí gran pecado -o torpeza- ha sido tardar más de tres años en volver a hacerlo.

veronicia dijo...

"Como no es lo mismo que vivirlo que contarlo..." no se.. dudo entre leerlo antes o despues de irme por mi misma a ver lo que hay...
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Maria es Ucraniana ayer me dio de comer y charlamos; me contó muchas cosas, tenemos la misma mania no dejar comida en el plato yo por sentimiento de culpa, ella porque ha tenido que comer de la basura.
Giorki estuvo años ejercito ruso me cuenta sus andanzas en la guerra en Chechenia.
Modestino, Feliz fin de semana

Modestino dijo...

Caramba con las vivencias de esa gente¡¡¡¡

Zambullida dijo...

Yo también tengo una amiga ucraniana. No sé si se deja o no comida en el plato, pero, acostumbrada como estaba a buscarse la vida al precio que fuera, la vida en España le parece más relajada. Aún así no ceja hasta conseguir sus objetivos. Estuve en el equipo olímpico de natación de la extinta URSS