5 de junio de 2010

Muerte de una folclórica

La España de hace cuarenta años tenía mucho de exaltación de lo propio, y muy especialmente cuando ésto se relacionaba con tradiciones, fiestas y folclores; la infancia de quienes nacimos en los 50 y los 60 se familiarizó con los toreros, el flamenco, la copla y los artistas que practicaban la llamada música típicamente española, en su sentido más amplio: tonadilleras, bailaoras y bailaores, guitarristas, ... todos tenían sus minutos de gloria en la prensa, en los programas musicales de tele y radio y en los espectáculos que recorrían las fiestas de cada capital de provincia. Los nombres de Lola Flores, Paquita Rico, Juanita Reina, Manolo Caracol, Antonio, Manolo Escobar o La "Chunga" aparecían al menos cada semana en la vida del país, en forma de noticia, actuación o entrevista.

Ha pasado mucho tiempo y no todos se mantuvieron en el candelero; los gustos han cambiado mucho y buena parte de quienes lucían el cartel de "Folclóricas" cayeron en el olvido. Aún recuerdo esos partidos de fútbol que en beneficio de vete a saber qué se jugaban entre "folclóricas" y "finolis" -la distinción tiene bemoles-, cuando la zaragozana Luciana Wolf aseguraba jugar de "delantera centra"; en esos encuentros era habitual Josefa Cotillo Martínez, una folclórica en toda su extensión que lucía el nombre artístico de "La Polaca" y que murió el jueves pasado víctima de un cáncer de pulmón en el Hospital Nuestra Señora del Rocío de Sevilla a la edad de 66 años. Era joven "La Polaca", pero hace ya muchisimo tiempo que no sabíamos nada de ella, tanto que me temo que bastantes de los que lean este pequeño homenaje no sabrán ni de quien se trata.

Leyendo su biografía se puede comprobar que Josefa Cotillo no era una "folclórica" más, de esas que buscan el triunfo a cualquier precio, a costa de tópicos y tradiciones, sino que fue una cualificada bailarina que comenzó a brillar desde muy joven cuando a los 16 años se incorporó a la Compañía del bailarín José Greco viajando a America y convirtiéndose en una figura en el género, bailando con tanto garbo y estilo una danza polaca que ésta le dio el nombre artístico para siempre. Cuentan que viajó por toda Europa y que bailó ante el mismísimo presidente Kénnedy; de regreso a España consolidó su carrera ascendente y alcanzó el status de primera figura en los cuadros flamencos "Los canasteros" y "Las brujas".

Su brillante carrera en el mundo del baile abrió a "La Polaca" las puertas del cine, debutando con una película de Mario Camus, "Con el viento solano" (1966), basada en la formidable novela de Ignacio Aldecoa y que contaba con Antonio Gades, Imperio Argentina y María José Alfonso en sus principales papeles. Su consagración se produjo con "El amor brujo" (1967), de Francisco Rovira Beleta, con el que obtuvo fama internacional; también fue un gran éxito para el propio Rovira Beleta, que también habían dirigido "Los Tarantos" (1963), y que fue candidato al Oscar por ambos filmes. El reparto de "El amor brujo" lo encabezaba "La Polaca" junto a Antonio Gades; la música de Manuel de Falla adaptada por Ernesto Halffter se unía a la guitarra de Narciso Yepes en una película llena de dramatismo y empapada por la magia flamenca más pura. "La Polaca" recibió por este film el premio a la mejor actriz del Festival de Cine de Nueva York.

"La Polaca" entro en la cadena de las películas comerciales de la época, dando vida en las mismas la mayoría de las veces a personajes raciales y apasionados en los que, con frecuencia, exhibía sus facultades de baile. Así con Pedro Lazaga hizo "Las Secretarias" (1968), con un reparto lleno de "fijos" del momento: Sonia Bruno, Teresa Gimpera, Juanjo Menéndez, Paca Gabaldón, Mary Carrillo, Antonio Casas, Rafaela Aparicio, Florinda Chico y José Sazatornil y "Verano del 70" (1970), en la que repetían algunos y aparecían otros nuevos como Jesús Puente, Luis Dávila, Manuel de Blas, Marisol Ayuso y Mónica Randall. También cabe destacar "Del amor y la muerte" (1977), de Antonio Giménez Rico, un drama donde comparte cartel con Simón Andreu, Pedro Maria Sanchez, Antonio Ferrandis y Amparo Muñoz, "Ladrón de chatarra" (1986), de Antonio García Molina y una segunda versión del "Amor brujo" (1986), dirigida esta vez por Carlos Saura y de nuevo con Antonio Gades de protagonista.

Conforme avanzaba la década de los 80, el nombre de "la Polaca" fue desapareciendo del los focos donde se desarrolla la fama, hasta caer en el olvido. Pero ahora, cuando le ha tocado el turno de pasar a la posteridad, de su tránsito a la vida definitiva, es bueno que sepamos que no fue sólo una folclórica más que se sirvió de su estilo y su aspecto de gitana agresiva para triunfar, que su currículum tiene también bastante de arte y de calidad.


4 comentarios:

sunsi dijo...

Yo sí la recuerdo, Modestino. Y como con todas a las que se les ha perdido la pista, no puedo remediar esa inquietud ...¿Cómo habrán sido los últimos días de su vida? Ea flta de noticias demasiadas veces significa olvido, pobreza...

Descanse en paz y gracias por el post.

Un saludo desde Tarraco.

veronicia dijo...

Modestino nunca había oído hablar de ella así que me he puesto a buscar y encontré dos cosas con gran satisfacción; tranquila Sunsi por esta vez; "La Polaca" no murió entre la pobreza sino junto a su esposo, la familia de éste y amigos que dicen que ha dejado mucho amor.
La otra es que interpreto "Amor brujo" en dos ocasiones con diferentes papeles, en 1986 con Carlos Saura pero en 1967 con Francisco Rovira Beleta; en ésta ocasión la película compitió por España en los Oscar como finalista en la categoría de Mejor Película de habla no inglesa (ceremonia 1968). No ganamos pero este viaje permitió a "La Polaca" a conocer al mismo Kennedy.

sunsi dijo...

Gracias, veronicia. Es reconfortante saberlo.

Modestino dijo...

Suele ocurrir que en el mundo de la farándula se termine en el olvido ... hay demasiado amigo de conveniencia, de ocasión ... tal vez como en la vida misma.