11 de diciembre de 2008

Paisajes de invierno



Poco a poco va avanzando el mes de diciembre, los cuadros de otoño, con los arboles vestidos en tonos ocres y amarillos, las hojas caidas por el suelo y los ultimos destellos de los retazos de sol y calor de un verano rezagado han quedado atrás y se acerca implacable el día 21 que, junto a la esperanza de la suerte y la ilusión de la Navidad, nos enfrenta con el frío, la dureza del ambiente y la incesante búsqueda de refugio y calor.

La llegada del invierno me produce nostalgia, la de los días de mi infancia, las llegadas al colegio embozado en abrigos, bufandas, pasamontañas y guantes de lana; la niebla tradicional de Zaragoza que te acompañaba al ritmo de tus pasos; unos pasos que rompián el silencio de las calles estrechas, la castañera de la esquina, parada obligada en la que te proveías también de un calor que consolaba las manos; la nieve, que era como una invitada especial que no siempre acudía y a quien se recibía como la artista estelar, la guinda del pastel.

He vivido muchos inviernos: inviernos ilusionados, infantiles, alegres, otros sumidos en la añoranza y el recuerdo, alguno agobiado y expectante y casi todos con la esperanza de reencuentros, buenas noticias y cariño ajeno. Recuerdo los inviernos de Tarragona, que casi no parecían inviernos, con los abrigos descansando en el armario, la bonanza climática acompañando los pasos y el mar como dulce amenaza permanente, irrepetible compañero de viaje.

Las ciudades se preparan para la Navidad, un tiempo que nos evoca muchas cosas, algunas las sentimos, otras las deseamos, incluso algunas parece como si las apartáramos preventiva e injustificadamente de nuestra vida. La agresividad del mercado, las exigencias de los compromisos sociales, las costumbres rebajadas al mero protocolo .... nada de eso nos debe alterar ni las convicciones, ni las ilusiones, ni los buenos deseos.



Fotos: www.iberimage.com; madridfotoafoto.blogspot.com; www.skyscraperlife.com; maracayxpress.blogspot.com

11 comentarios:

Randy Furco dijo...

neat pics

sunsi dijo...

¿Qué nos está pasando con la Navidad? A los que no caen en que la Navidad es cristiana, no les gusta. Los que lo sabemos, hacemos un esfuerzo por sustraernos de todo lo que no es la Navidad. Es como un pulso. Tal vez, este año, la crisis retome el rumbo de antaño. Del Belén artesnal, adornado con lo que nos encontramos en el campo, sin necesidad de acudir a los chiringuitos. O quizá papá Noel ya no regale nada y sepamos esperar que lleguen los Reyes Magos. Tal vez se salga menos a comer por ahí y se vuelva a las re-uniones en torno a la mesa. Nostalgia de antaño. Yo también.

Un saludo. Puedo imaginarme el frío que hace en Huesca. Aquí, ya sabes,en cuanto luce el sol se puede pasear por la playa.

Anónimo dijo...

Ojalá tuvieras razón, pero me temo que la Navidad está más vacía y hueca que nunca. Regalos,compras y más compras y regalos, y más regalos.¡Qué tortura es para mí pensar qué se le puede regalar al cuñado de turno en eso del amigo invisible¡ . Lo mejor es esforzarse por ser acogedor y cariñoso con todos y hacer serio el propósito de mantenerse.
¡Qué curioso¡ En mi ciudad se ha notado mucho el recorte municipal en el adorno navideño y la gente ha protestado muchísimo...... - qué vergüenza¡¡ dicen.

sunsi dijo...

El amigo invisible... que se me había olvidado. Esa es otra. La más güay de la clase dice cuál es el presupuesto. Crías de 16 años. 10 euros. La de 13 creo que un poco menos. Y hala. Y en Cataluña existe una tradición, el cagatió, un animal hecho con troncos de madera que antiguamente "cagaba" -con perdón- los turrones en Nochebuena o en Navidad. Ahora no. Ahora "caga" regalos... dos o tres por cabeza... Seguimos sumando...

Un pulso...agotador. Este año, el nuestro cagará una manualidad que haremos en casa. Y le pegaremos un imán para la nevera. No tanto por la crisis sino para que se den cuenta de que lo bonito es el detalle y si el detalle se ha currado, mejor.

Saludos

Suso dijo...

Amigo, me atrevo a recomendarte una excursión que no olvidarás en tu vida.

Con 50 tacos se puede hacer, con un pelín de esfuerzo: pero no la olvidarás nunca. Me lo agradecerás.

Es la ascensión al Mondoto.Está en le Valle de Añisclo. Se sube en coche por el Valle hasta un pueblín que se llama Nerín- hay restaurante típico para el regreso:buena comida.

Desde allí pregunta que es fácil. Si estás en forma se hace en una hora y media , si no, en dos, si no en tres.

La vista final es espectacular.

¡Junta tu grupo y anímate!

Modestino dijo...

Resulta sorprendente que en plena crisis económica en el pasado puente las estaciones de esquí hayan estado a tope, los viajes a países lejanos sigan siendo habituales, los mejores restaurantes sigan llenos los días festivos y mucha gente continúe gastando sin control.
A la Navidad se la ha tragado el consumismo, pero cada uno en su vida y en su casa puede vivirla con sentido.

Modestino dijo...

La excursión al Mondoto la íbamos a hacer en diciembre del 97, recuerdas?, la nieve la frustró y acabamos en Ainsa. En ese viaje me contaste la anécdota del pediatra y lo de poner entre la espada y la pared, recuerdas?.
Quedó pendiente y no es mala idea volver a intentarlo; yo prefiero el sendero a la subida, pero creo que ésto está a mi alcance; mi techo está en la Cola de Caballo de Ordesa e imagino que Mondoto será más o menos equiparable.

Suso dijo...

¡¡¡Tu memoria es extrordinaria!!!: no recordaba haberte contado esa historia.

Pero me alegra que tú la recuerdes.

¡Intenta Mondoto!: pasito a pasito se llega fácil.

Máster en nubes dijo...

Gracias, Modestino, y con Sunsi también estoy de acuerdo.

¿Que las Navidades se han convertido en muchos casos es un tema de consumo? Pues sí, pero está en las manos de cada uno que no se así, en nuestro entorno al menos como dice Modestino.

Soy de las pocas personas que le gusta la Navidad un montón, y eso que te falta mucha gente ya, siempre demasiada. Pero me encanta pensar qué voy a poner de comer o cenar, invitar a amigos a que se sumen si están solos. Hay gente muy sola o que ese día justo pues no tiene con quien cenar o comer y eso, eso, sí que da pena.

Modestino dijo...

Sí, Master, hay gente muy sola: a veces nos conmovemos -justificadamente- ante esas desgracias lejanas: hambrunas, catásrofes naturales, guerras, pobreza .... mientras pasamos de largo, despistados, ante la miseria del vecino, ante la desgracia del que tenemos al lado, ante la soledad del de enfrente.

Unknown dijo...

Por dios que fotos hermosas! Me encantaron las dos de abajo, una que se ve todo blanco, los techos de las casas, el cielo, la atmósfera. Y la otra, los arboles que brillan todos parejitos uno al lado del otro. Yo creo que una de las mejores vistas de invierno es la de Italia. Cuando me hospedé en uno de los hoteles cinco estrellas en Venecia, vi paisajes que nunca llegué a creer que iba a ver. Es muy bella Zaragoza también!
Saludos
Mica