20 de junio de 2008

Una comida en "La Venta del Sotón"

Hoy he comido en este restaurante al que nunca me cansaré de ir. Teníamos una comida de homenaje a una persona que se jubilaba; me desharía en alabanzas de la misma, pero voy a ser discreto, pues no creo que le gustara verse referida en internet, aunque fuera para hacer apología a su favor.

La oferta gastronómica de Huesca es excelente, la mejor que conozco. Y entre tantos restaurantes excelentes, "Las Torres", "Bazul", "Lillas Pastia", "Martín Viejo", ... siempre he tenido preferencia por este mítico establecimiento situado en la localidad de Esquedas en el que se compaginan la elegancia y el respeto al cliente con la mejor cocina y ese sabor aragonés que lo hace único.

Qué más puedo decir?, simplemente que una vez más me he sentido muy bien tratado, como en mi casa. Y puestos a destacar algo del menú correspondiente dejar constancia de un hojaldre de langostinos, el ternasco irrenunciable y lo nuevo del día: un pastel llamado "Minueto" que es de lo mejor que he comido últimamente.

Si a esto añades que has estado con viejos y nuevos amigos y un ambiente entrañable, miel sobre hojuelas. Barato?.... pues no, pero nunca una buena comida tiene que dolerle al bolsillo, además de que no deja de ser cierto eso de que "todo lo que solo cuesta dinero es barato".


Foto sacada de la web http://www.deviajes.es/

1 comentario:

Anónimo dijo...

qué razón tienes! a mi en una buena comida tampoco me duele, y sin embargo hay otras cosas que cuestan lo mismo...y cuesta dar el paso a comprarlas. y en cuanto al restaurante, es espectacular, el sitio, el trato, incluso los clientes...